Son muchas las propuestas que puedes elegir durante tu estancia en Villafranca. Te ofrecemos algunas teniendo en cuenta el tiempo de tu estancia con nosotros.
Iglesia de Santiago. En los años Santos Compostelanos esta puerta ofrece la posibilidad de ganar las Indulgencias Plenarias para aquellos peregrinos que por motivos de salud no puedan continuar su Camino hasta Santiago de Compostela. Se trata de una portada románica de transición.
El municipio de Villafranca del Bierzo, con sus 177 Km2, forma parte de la Reserva de la Biosfera de Ancares Leoneses. Cuenta con una gran diversidad de entornos naturales que favorecen las rutas de senderismo.
Las posibilidades son muy amplias, desde paseos en zonas de valle hasta rutas de montaña hacia las cumbres más elevadas. Se podrá pasear entre castaños, por bosques de acebos y robles, o disfrutar de cascadas, fuentes, ríos y arroyos cristalinos que invitan a darse un baño en zonas totalmente naturales.
También se podrán conocer las pallozas, molinos, conversar con las gentes, aprender de su conocimiento, o divertirse en sus fiestas y con sus tradiciones singulares, lo que permitirá descubrir y disfrutar de su patrimonio inmaterial.
A pocos kilómetros de distancia se encuentran Las Médulas, Corullón, Ponferrada, Cacabelos, Monasterio de Santa María de Carracedo, Balboa, Valle del Silencio u otros valles de la Sierra de Ancares.
Desde este puente se contemplan unas vistas de Villafranca con una perspectiva muy interesante, además nos permite obtener una panorámica casi completa de la villa. Se conservan elementos medievales como sus arcos apuntados que son visibles desde el paseo del río.
También observaremos una posible base romana en el mismo. Muy a principios del siglo XX se le une un viaducto que facilita las comunicaciones en la villa. Podemos tomarnos un descanso en sus bancos durante nuestra visita a Villafranca.
Las montañas del municipio hacia el norte conforman una frontera natural con la provincia de Lugo. Se trata de las últimas estribaciones de la Cordillera Cantábrica donde su variedad ecológica es toda una riqueza, no en vano forman parte de la Reserva de la Biosfera Ancares Leoneses. Aquí confluyen dos grandes áreas climáticas: la eurosiberiana y la mediterránea, por ello, su flora es partícipe de ambas.
Las montañas y sus bosques han facilitado todo tipo de recursos a la población de ese territorio. Fundamentalmente los pastos para el ganado, pero también las piedras y madera para hacer las construcciones. Existían superficies de cereales que favorecían el material para las cubiertas de las pallozas, vivienda típica de la zona ancaresa y uno de los vestigios de la cultura celta.
Por un lado, tenemos las montañas como aquel recurso para una economía de subsistencia, sin embargo, actualmente constituyen un valor turístico innegable, donde lo más importante es sentir, comprender y participar dentro de ese paisaje de leyendas e historia.
Su cumbre más alta es Cuerno Maldito (1849 m.), también Peñarubia (1.822 m.), alto de Valongo (1.683 m.), Peña Cebral (1.653 m), Peñarredonda (1.445 m.)